

El reciente largo fin de semana ha dejado al descubierto una situación preocupante en las prisiones del país. Según un informe emitido por la policía penitenciaria, se registró un aumento significativo en el número de artículos prohibidos que se intentaron introducir en estos centros de detención. Este informe fue divulgado el lunes y destaca las medidas que se están tomando para contrarrestar esta situación.
Los oficiales de seguridad penitenciaria no solamente están enfrentando el reto de la convulsión provocada por intentos de ingreso de artículos ilegales, sino que también realizan inspecciones exhaustivas en las celdas para detectar y confiscate cualquier elemento que no esté permitido. Este tipo de operativos es crucial para mantener la seguridad y el orden dentro de las instituciones penitenciarias.
En el centro penitenciario de la Reforma, durante estas inspecciones, se contabilizaron varios artículos preocupantes: cinco teléfonos celulares, 14 tarjetas SIM, dos cables USB, dos cargadores, 20 armas blancas, 0.18 gramos de marihuana, 1.6 gramos de cocaína y un total de 101,025 colones. Estos hallazgos subrayan la persistente lucha contra el contrabando de objetos que pueden poner en riesgo la seguridad tanto de los internos como del personal penitenciario.
En el mismo centro, la policía penitenciaria logró incautar 117 gramos de marihuana que un visitante intentaba ingresar dentro de su cuerpo, además de 142.25 gramos de la misma sustancia a otro visitante, todos estos esfuerzos evidencian una estrategia activa para frenar el tráfico de drogas en el sistema penitenciario.
Por otro lado, en un área de máxima seguridad, luego de realizar una supervisión espacial, las autoridades decomisaron también un teléfono celular, un soporte para objetos, un cable de carga tipo C, un cable USB y un objeto contundente utilizado como arma. Estos elementos reflejan la diversidad de objetos prohibidos que se intentan ingresar a las prisiones.
Otras prisiones
En la prisión de Pococí, la situación no fue menos alarmante. Los oficiales incautaron tres armas blancas, 32 litros de bebida fermentada, cinco tubos utilizados para fumar, una máquina de tatuajes improvisada, una cubierta negra y 34 dosis de marihuana que pesaban aproximadamente 4.6 gramos, además de 17 dosis en papel que contenían una supuesta sustancia de cocaína con un peso cercano a 1.90 gramos. Estos hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de mejorar las medidas de seguridad.
En San Rafael de Alajuela, un interno llamado Gerardo Rodríguez fue descubierto con una carcasa cilíndrica que contenía un lado de cocaína y otro lado vacío, sumando un peso total de 163.70 gramos. En otro incidente, otro privado de libertad fue encontrado con 110 gramos de marihuana y se confiscó un paquete de 127.80 gramos de diversas drogas. Este tipo de situaciones pone en evidencia el tráfico de sustancias ilegales en el interior de las prisiones.
Mientras tanto, en la prisión de Pérez Zeledón, se llevó a cabo una nueva intervención donde se incautaron diez portadas con marihuana que llevaban un interno y dos golpes. En el centro femenino, se interceptó a un visitante con un teléfono celular y dos fichas relacionadas con un intento de ingresar un paquete ilícito.
En la prisión de Liberia, se llevó a cabo otro sorprendente descubrimiento cuando una señora que asistía a una visita familiar fue atrapada con un teléfono, dos bolsas de papas fritas y una tarjeta microSD escondidas en su ropa personal durante la revisión de alimentos. Tras este incidente, la persona recibió una advertencia por parte de las autoridades. Este tipo de detección es esencial para prevenir el tráfico de objetos prohibidos dentro de los recintos penitenciarios.
Asimismo, en el mismo centro, después de una revisión exhaustiva de los espacios ocupados, se encontró un sinfín de materiales ilícitos, que incluían una manta que se utilizaba como cobertura, diez tubos, una prenda artesanal, medio litro de chicha, seis armas blancas, dos cables USB y un disco de teléfono, además de 113 dosis de marihuana que pesaban 16.55 gramos.
En la UAI de Pococí, las autoridades también lograron incautar marihuana que pesaba 0.85 gramos, cocaína que pesaba 1.85 gramos, cinco tubos de arte, dos armas blancas y una botella de 800 ml de chicha fermentada. En otra operación en la prisión de Pérez Zeledón, la policía confiscó 39,505 colones, dos dólares, 56 envoltorios de marihuana, ocho envoltorios de cocaína, 30 objetos punzantes, 13 tubos, tres contenedores con tinta de tatuaje, tres chips, un reloj, tres litros de chicha y varios otros objetos prohibidos.
En la prisión de Limón, los oficiales de seguridad interceptaron a un visitante con 73.01 gramos de cocaína, y otros visitantes que intentaron introducir un reloj inteligente, un teléfono y un tote bag. Además, tras la supervisión de los espacios, se recuperaron un teléfono celular, dos chips, seis cables USB, cuatro armas blancas, una lanza, cocaína que pesaba aproximadamente 59.61 gramos, dos tubos y 21 papeles para producir cigarrillos de marihuana, mostrando la complejidad del problema en los centros de reclusión.
En la prisión de Cartago, las autoridades encontraron 68 pacas que contenían una pasta de marihuana con un peso aproximado de 4.55 gramos, tres carcasas que contenían cocaína con un peso aproximado de 0.60 gramos, y dos carcasas con marihuana que pesaban aproximadamente 0.10 gramos. Además, fueron confiscados un adaptador, un cable USB, nueve armas blancas, cuatro litros de chicha fermentada y diez tubos artesanales encargados de fumar drogas.
Por último, en la prisión de Terrazas, situada en Alajuela, la policía penitenciaria también confiscó un impacto relacionado con cocaína, marihuana y una sustancia desconocida, continuando con la tendencia alarmante de intentos de contrabando en los centros penitenciarios del país. Es evidente que el trabajo por parte de la policía penitenciaria en la detección de estos elementos es crucial para salvaguardar la seguridad y el orden dentro de estas instituciones.