San José, 08 de octubre (Elmundo.cr) – el Bill no. 24,374 Su objetivo es legalizar la información confidencial de las personas. Esta propuesta está buscando Legitimar la venta de datos confidencialesobtenido por entidades financieras y comerciales de particulares o entidades legales. En esencia, transforma la información personal en una mercancía más, intercambiando una suma de dinero.
Este proyecto peligroso permitirá a las personas y las empresas recolectar, administrar, almacenar, almacenar, obtener información crediticia de procesos y mercado relacionada con el historial de pagos de individuos o empresas que aparecen como deudores, competidores o operaciones patrocinadoras otorgadas en Costa Rica. Es decir, parte de su historial privado se puede vender y comprar sin su consentimiento, simplemente porque es un negocio rentable para algunos, incluso si pone en riesgo su tranquilidad y seguridad.
Este proyecto se disfrazó de una iniciativa para proteger a los consumidores y facilitar el acceso al crédito Las entidades privadas pueden acceder y vender Tanto el cumplimiento como la violación de las obligaciones crediticias, actualmente en manos de los acreedores. Las razones detrás de esta propuesta son claramente comerciales, ya que estas bases de datos tienen un valor de cientos de miles de dólares.
El proyecto serán las entidades que proporcionan crédito para transferir a empresas privadas, así como información sobre delincuencia y créditos por día, datos que se consideran sensibles a hoy.
“La información manejada esencialmente no es información de cumplimiento, debido a la falta de predicción explícita regulatoria. De esta manera, esta información está de cierta manera incompleta y no permite un análisis total de las situaciones”, dice el proyecto en el esquema de las razones.
La falta de control oficial sobre los datos de los créditos activos, los montos pagados mensualmente, el ingreso acumulado, el efectivo administrado y la situación de patrocinador o compañeros de animales aumentan el riesgo de esta información personal que se extiende entre terceros privados. No solo viola la privacidad de las personas, sino que también puede usarse con fines criminales, como extorsión, secuestro o incluso asesinatos, en una costa de Costa Rica cada vez más violenta e incierta.
Nada que despierta este proyecto se necesite en estos días, ya que la supervisión general de las entidades financieras (azúcar), una entidad estatal, tiene una base de datos centralizada en toda la población costarricense. Esta información puede consultarse individualmente a través de las entidades financieras formales proporcionadas por el Centro de Información Credit (CIC).
De hecho, hace unos años, las cámaras de negocios solicitaron con éxito que fuera el Banco Central de Costa Rica, el único administrador del registro de accionistas, precisamente debido a la sensibilidad de la información y el riesgo de aterrizar en manos inadecuadas.
Es inaceptable que una ley la pretende autorizar a las empresas privadas a vender información personal y confidencial de la ciudadanía costarricense. Cualquier error en la información puede causar serias reputación y daño personal. Hoy, necesitamos eliminar ciertas compañías que ya están aprovechando estos datos del mercado.
Hay empresas que venden información personal hoy que se obtienen de manera engañosa a través de cláusulas abusivas en contratos de sutura, o incluso marketing ilegal, incluso bases de datos picadas. Además, es muchas veces información falsa. Contra este tipo de prácticas, debemos actuar como una sociedad para eliminar los asuntos ilegales y dañinos.
Alrededor de un millón de costarricenses vieron su historial crediticio afectado por las entidades financieras, que, después de promover los préstamos de consumo, sabían que estaban en peligro su capacidad de pagar exorbitantemente, hoy los acosan a recaudar. Con este proyecto, estas personas no solo deben limpiar su historial antes del azúcar, sino que también tendrán que ver con los procedimientos, los pagos y la pérdida de tiempo para corregir su información en varias entidades privadas que pueden administrar sus datos confidenciales.
Somos conscientes del crecimiento de grupos criminales vinculados al tráfico de drogas, el lavado de dinero y las mafias de extorsión, lo que no dudará en usar estas brechas para su propio beneficio. Por una suma de dinero, podrían acceder a información sobre cuánto gana una persona, cuándo paga dinero o cuándo paga sus créditos. No solo porque las empresas que negocian con esta información se venden, sino porque incluso podrían comprar estos negocios o crear los suyos, todo legalmente.
Es sorprendente que algunos sectores que apoyan este proyecto al mismo tiempo se oponen que el Banco Central de Costa Rica puede cruzar la información para identificar los riesgos en la gestión del dinero a través de intermediarios financieros, una posición que finalmente proviene de la sociedad. Incluso sugirieron que el BCCR no puede acceder o usar la información, que está destinada a dejarse en manos privadas y disponibles para comercialización con este nuevo proyecto.
Es esencial que las organizaciones de la sociedad civil nos expresen.