

(Infobae). En un caso calificado de histórico, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump habló este lunes ante el parlamento israelí tras la liberación de los últimos rehenes en Gaza. En un discurso cargado de simbolismo, Trump celebró el fin de más de dos años de conflicto con Hamás y pidió liderar “una nueva era de fe, esperanza y paz duradera” en Oriente Medio. El presidente fue recibido con una gran ovación en el Knesetal tiempo que se alcanza la importancia de consolidar los acuerdos y fortalecer y fortalecer la cooperación entre los países de la región.
“Hoy el cielo está en calma, las armas están en silencio, las sirenas se apagaron y el sol sale sobre un país santo que finalmente está en paz”, afirmó el estadounidense. Y agregó: “Esta tierra y esta región, Dios quiera, vivirán en paz para siempre.
El estadounidense recuerda que nadie pensó que lo iba a conseguir. Que siempre lo atacaron se notó su estilo de confrontación. Sin embargo, dijo que se llegó a un acuerdo. “¡Se siente bien decir eso, los 20 rehenes han regresado!”
El presidente norteamericano enfatizó que no sólo busca la devolución de los rehenes, sino que buscará mantener el acuerdo y permanecer en él. “No es sólo el fin de una guerra, es el fin de una era de terror y el comienzo de una era de fe y esperanza, y de Dios. Este es el comienzo de una gran concordia y armonía duradera para todas las naciones de una región maravillosa. Creo que es el amanecer histórico de un nuevo Medio Oriente”.
Para Trump, “mientras el polvo se asienta, el humo se limpia, los escombros se retiran y las cenizas se limpian del aire, llegan a una región transformada y un futuro hermoso y mucho más brillante aparece de repente a nuestro alcance. Es un momento muy emocionante para Israel y para todo Oriente Medio, porque a toda la región, las potencias del caos, el terror y la ruina la han asolado”.
Donald Trump se dirige al Parlamento israelí tras la liberación de los rehenes en Gaza
Y casi con un tono de promesa, dijo: “Está surgiendo una nueva coalición de naciones orgullosas y responsables. Y gracias a nosotros, los enemigos de toda civilización están refugiados”.
“Desde el 7 de octubre hasta esta semana, Israel fue una nación en la guerra, que soportó las cargas que sólo podía llevar un pueblo orgulloso y fiel. Fue un período muy difícil. Para tantas familias en todo el país, habían pasado años desde que conocieron un solo día de verdadera paz.
El estadounidense también anunció que buscará una mayor cooperación con Israel en la cumbre de Egipto con los países árabes, como es el caso de las cuatro naciones que firmaron los acordes de Abraham durante su primera presidencia. “Ahora, cuando los vea, les diré que queremos que todos se unan”.
Durante su discurso incluso se permitió insistir en la unidad política de Israel. “Ya no estás en guerra, puedes ser más amigable, Bibi”, le dijo a Netanyahu mientras buscaba un acercamiento a Yair Lapid, el líder de la oposición.
Trump firmó el Libro de Admisión de la Knesset, el parlamento de Israel.
El presidente estadounidense llegó a Israel a las 9:30 de esta mañana. Fue recibido en el aeropuerto Ben-Gurion por el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu. La agenda oficial incluyó reuniones privadas con Netanyahu y su histórico discurso en la Knesset.
El acuerdo alcanzado, resultado de intensas negociaciones en las que Trump jugó un papel central, comenzó a cumplirse esta mañana cuando se aprobaron las exenciones de las personas vivas secuestradas por el grupo terrorista Hamás en Gaza durante más de dos años.
La visión estadounidense se centra en lograr resultados concretos a corto plazo, sin abordar inmediatamente las cuestiones más complicadas. “Si se hubiera intentado una negociación del paquete completo, no habríamos conseguido estos resultados”, decían días atrás… Ahora llega la segunda fase, tan compleja -a priori- como las exenciones. El hecho es que, aunque el tratado supone un gran avance, sus límites son visibles: no implica el desarme inmediato de Hamás ni una retirada total de las fuerzas israelíes.
Después de su paso relámpago por Israel, el estadounidense volará a la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh, donde más de 20 líderes mundiales, incluidos los líderes del Reino Unido, Italia, España y Francia, confirmaron la asistencia del máximo presidente egipcio, Abdel Fattá Al Sisi. El objetivo central de la reunión es firmar el acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza y sienta las bases para una nueva etapa de estabilidad en Medio Oriente.
El jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, primer ministro de Katari, afirmó que “Hamás está dispuesto a discutir cómo no representará una amenaza para Israel”, aunque ningún líder del grupo terrorista confirmó públicamente esa voluntad ni aceptó el desarme. La comunidad internacional insta a la necesidad de avanzar hacia la reconstrucción de Gaza y la creación de un Estado palestino, aunque existen dudas sobre el liderazgo y la viabilidad del proyecto.
El impacto político de este episodio es profundo. Para Israel, la liberación de los rehenes y la retirada parcial de las tropas ofrece un alivio tras meses de aislamiento y críticas internacionales, pero también expone la fragilidad de su posición y los desafíos que enfrenta el gobierno de Netanyahu. Para Trump, el acuerdo es una gran victoria y la oportunidad de demostrar sus habilidades de negociación y ganar reconocimiento internacional.
La implementación del tratado dependerá de factores más inciertos, como la voluntad real de Hamás de renunciar a las armas y la capacidad de la comunidad internacional para garantizar la estabilidad en Gaza.
En este contexto, la Cumbre de Sharm El Sheikh será clave y su éxito en los logros. La lista de tareas es tan amplia como complicada: están intentando formalizar un plan de paz que incluya el desarme de Hamás, la creación de una fuerza de seguridad internacional y la introducción de un nuevo gobierno en Gaza. El proceso también incluye la reconstrucción de los enclaves y la coordinación internacional para garantizar una estabilidad duradera.