

(Información). Dos bombarderos B-1B Lancer de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizaron este jueves un sobrevuelo en el Mar Caribe, a pocos kilómetros de la costa de Venezuela, como parte de los operativos de vigilancia y control local impulsados por el Comando Sur. Según datos de seguimiento aéreo, la aeronave voló cerca de la Isla de Margarita y el archipiélago de Los Testigos, sin ingresar al espacio aéreo venezolano. Las maniobras son parte de una estrategia cooperativa para combatir el tráfico ilegal de drogas y fortalecer la seguridad en el hemisferio occidental, informa el Comando Sur de Estados Unidos.
Según datos monitoreados en aplicaciones públicas, los B-1B, que operan bajo la identificación BARB21 y procedentes de la base aérea de Dyess en Texas, ingresaron al espacio caribeño por la mañana.
Su desplazamiento los situó a menos de 100 millas de la costa continental de Venezuela y, en su punto más cercano, a sólo seis millas náuticas del archipiélago de Los Testigos, bajo jurisdicción venezolana. Según los registros, las avionetas fueron ubicadas al norte del estado Sucre, en la zona marítima al oriente de Margarita, antes de girar hacia el norte y abandonar la región.
Los aviones, detectados por rastreadores aéreos internacionales, sobrevolaron zonas cercanas a la Isla de Margarita y el archipiélago de Los Testigos, acercándose a menos de 10 kilómetros del territorio venezolano durante su paso por aguas internacionales (FlightRadar)
EE.UU. intensifica la vigilancia en el Caribe con vuelos estratégicos cerca de Venezuela
El B-1B Lancer destaca por su carácter supersónico y su alcance intercontinental, con capacidad para transportar misiles de crucero y bombas guiadas con precisión, consolidándose como uno de los pilares del arsenal estratégico estadounidense.
La operación refuerza una serie de recientes despliegues aéreos y navales de Estados Unidos en el Caribe, donde Washington busca incrementar sus capacidades de vigilancia y respuesta contra las acciones de grupos narcoterroristas en la región.
El 15 de octubre, otros dos bombarderos B-52 norteamericanos sobrevolaron el mismo corredor marítimo frente a Venezuela, acompañando los ejercicios del USS Iwo Jima Amphibious Ready Group y las unidades de helicópteros AH-1Z Cobra y UH-1Y Venom.
Según informó el Comando Sur de Estados Unidos a través de su cuenta oficial en X, estas acciones son parte de una operación conjunta para desbaratar el tráfico ilegal de drogas y defender el territorio nacional.
El Comando Sur explicó que estos ejercicios son coordinados con el Ministerio de defensa y siguen las prioridades presidenciales de “desbaratar el tráfico ilegal de drogas y proteger el territorio nacional”. Las maniobras combinan el despliegue de bombarderos, buques de guerra y aviones de combate F-35, así como de tropas y activos regionales aliados, fortaleciendo el patrullaje aéreo y el control marítimo del hemisferio occidental.
El seguimiento público de los vuelos muestra maniobras en la frontera de aguas internacionales, pero en ningún momento el avión estadounidense ingresó al espacio aéreo venezolano. Varios usuarios en redes sociales enfatizaron la cercanía de las trayectorias en relación a aguas y territorios insulares controlados por el régimen de Nicolás Maduro, interpretando algunos patrones de vuelo como señales de alerta o presión estratégica contra Caracas.
El 15 de octubre, otros dos bombarderos B-52 norteamericanos sobrevolaron el mismo corredor marítimo frente a Venezuela.
A nivel diplomático y regional, la agenda de seguridad estadounidense se fortaleció con la visita oficial del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, a Granada y Antigua y Barbuda la semana pasada.
Durante su estancia, discutió con las autoridades locales la eventual instalación temporal de radares y personal técnico estadounidense en el aeropuerto internacional de Granada, aunque los gobiernos insulares enfatizaron que cualquier decisión al respecto respondería a criterios de soberanía nacional.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe coincide con un ambiente de tensión política entre Washington y Caracas, y forma parte de una estrategia más amplia de disuasión, cooperación contra las drogas y control de rutas ilegales en el Caribe y la cuenca atlántica.
Las autoridades militares estadounidenses insisten en que se trata de una acción multilateral con aliados regionales y en estricto cumplimiento de los límites internacionales, en un contexto de vigilancia reforzada y mensajes claros hacia los actores estatales y no estatales de la región.




