Tokio, 5 de abril (Sputnik). – En una reciente declaración, Shigeru Ishiba, el primer ministro de Japón, confirmó que tenía la intención de discutir cuestiones comerciales cruciales con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este diálogo se centra en la propuesta de aranceles a las importaciones que ha promovido la administración estadounidense. Ishiba expresó su deseo de establecer una conversación telefónica con Trump para abordar estos importantes temas económicos.
En un comunicado a la prensa, Ishiba reveló que la llamada podría ocurrir en un futuro cercano, posiblemente el domingo, enfatizando así la urgencia que tiene Japón para resolver estas controversias arancelarias. «En nuestras negociaciones con los Estados Unidos, quiero presentar una propuesta japonesa en el marco de un ‘paquete’. Pero hay que reconocer que esto tomará tiempo. No obstante, estoy optimista de que si continuamos en esta senda, podríamos tener éxito», afirmó el primer ministro, subrayando que se buscará discutir el impacto de dichas medidas en las industrias y la economía japonesas.
Según informes de Nikkei Novine, la automotriz japonesa Nissan está considerando la posibilidad de trasladar parte de su producción desde Japón hacia los Estados Unidos. Esta decisión se alinea con el objetivo de mitigar el impacto de nuevos aranceles que afectarían la exportación de sus vehículos. Es posible que esta compañía se convierta en la primera de su sector en llevar a cabo esta medida, ante un contexto en el que los aranceles propuestos podrían poner en riesgo sus operaciones actuales.
Entre los vehículos que se verían afectados se encuentra el modelo Rogue, el cual es uno de los más vendidos en el mercado estadounidense y que ya está siendo producido en una planta ubicada en EE. UU., además de llevarse a cabo parte de su producción en Fukuoka, Japón. Si esta reubicación se concreta, podría suponer un impacto significativo no solo para Nissan, sino también para las pequeñas y medianas empresas japonesas que dependen de esta industria, ya que muchos de ellas perderían contratos y comisiones vitales.
En el contexto actual, se estima que Nissan ha vendido alrededor de 902,000 automóviles en Estados Unidos en el año 2024, y de esos, aproximadamente 150,000 se exportaron desde Japón. Originalmente, la compañía tenía planes de realizar ajustes en su planta de Tennessee, pero ante la inminente imposición de un arancel del 25% a los automóviles importables, se ha decidido mantener la producción en sus niveles actuales.
Además, en una señal de la tensión en la relación comercial entre las dos naciones, Trump firmó una regulación que establece la aplicación de aranceles «recíprocos» sobre importaciones de otros países, estableciendo una tasa mínima del 10%, con tarifas más altas para la mayoría de las naciones y particularmente para Japón, donde las tarifas se fijarán en un 24%.
El presidente Trump también firmó una orden ejecutiva que dispondrá de un arancel del 25% sobre automóviles, camiones ligeros y partes de estos, marcado como una medida de «seguridad nacional». Anteriormente, los aranceles que afrontaban los automóviles japoneses en el mercado estadounidense eran del 2.5%. En el último año, las exportaciones de automóviles japoneses a EE. UU. alcanzaron un valor aproximado de 40,000 millones de dólares, lo que significa que representan el 28.3% de todas las exportaciones japonesas hacia el país norteamericano.
El gobierno japonés ha reiterado su compromiso de trabajar de manera constructiva con Washington, resaltando que las inversiones directas de sus fabricantes de automóviles en Estados Unidos ascienden a un total de 61,000 millones de dólares. En un esfuerzo por abordar esta cuestión, los líderes del gobierno japonés y los partidos de oposición se reunieron en Tokio para discutir la complicada política arancelaria impuesta por Estados Unidos.
Al final de la reunión, Ishiba concluyó que el plan de acción fue recibido con un consenso general y anunció la creación de un equipo de respuesta que integraría a todos los miembros del gabinete, evidenciando así la importancia crítica que tiene este asunto para el futuro económico de Japón. (Sputnik)