Tegucigalpa, 9 de abril (Latin Press) – El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha hecho un llamado urgente a la finalización inmediata de las sanciones unilaterales impuestas contra naciones en vías de desarrollo. Según él, dichas sanciones son una violación clara de los principios y normas que rigen el derecho internacional y, por lo tanto, no pueden ser toleradas.
En su intervención, que tuvo lugar el miércoles en el segmento de alto nivel de la Cumbre IX de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Díaz-Canel se dirigió a los representantes de los 33 estados miembros presentes, celebrados en tierras hondureñas. Ante la audiencia, que incluía a la Presidenta de Honduras, Xiomara Castro, Díaz-Canel denunció las tácticas agresivas y coercitivas del gobierno de Estados Unidos, que, a su juicio, utiliza métodos punitivos para tratar de controlar a las naciones soberanas.
En su discurso, el presidente cubano argumentó que estas medidas coercitivas han llegado a ser vistas como prácticas comunes que menoscaban y obstaculizan la capacidad de los países para establecer relaciones económicas internacionales sólidas y beneficiosas. Afirmó que eso se ha vuelto aún más alarmante en un contexto donde las instituciones financieras globales parecen complicar aún más la situación económica de las naciones afectadas.
Díaz-Canel subrayó que Cuba ha soportado los costos devastadores de estas políticas, que se han intensificado en los últimos años. Reiteró que el gobierno estadounidense está oprimiendo al pueblo cubano, creando desestabilidad política a través de una guerra económica injusta e ilegal, lo cual también afecta negativamente el orden constitucional de la isla.
Mencionó que la decisión unilateral de los Estados Unidos de reinstaurar a Cuba en su lista de países patrocinadores del terrorismo es injustificable y tiene repercusiones negativas en las aspiraciones de desarrollo del país. Consideró que esta medida se utiliza como un pretexto para reforzar el cerco económico y político contra Cuba, lo que genera un impacto adverso considerable.
El presidente también resaltó la campaña difamatoria contra la cooperación médica cubana, que se presta en más de 50 países. Según él, las acusaciones infundadas contra estas misiones son un ataque directo y un intento de minimizar el significativo impacto positivo que estas iniciativas tienen en la vida de millones de personas en América Latina, el Caribe y más allá.
Subrayó que las restricciones impuestas a quienes apoyan o se benefician de estos programas médicos son un claro ejemplo de chantaje y represalias inapropiadas. «Esta presión no solo afecta a Cuba y a la noble vocación humanista de sus médicos, sino que también demuestra un desprecio total por la salud y el bienestar de las comunidades que se benefician de los servicios médicos cubanos», insistió con fervor.
Díaz-Canel culminó su discurso enfatizando que, en lugar de depósitos de armas y soldados, el gobierno estadounidense debería optar por enviar médicos y apoyar la solidaridad. Reiteró el compromiso de La Habana de mantener relaciones de cooperación basadas en acuerdos legales que respeten a las naciones y promuevan la transparencia.
Agradeció el apoyo constante de otras naciones en la lucha contra los bloqueos económicos, comerciales y financieros impuestos por Estados Unidos, así como la demanda por la eliminación de Cuba de la lista de países supuestamente terroristas creada sin fundamento.
«La unidad es nuestra única salvación. No podemos seguir postergando nuestros sueños; debemos luchar por la integración que soñó Bolívar y que hoy se encuentra en manos de los valientes hijos de nuestra América», concluyó su apasionado discurso.