El Volcán Poás ha vuelto a hacer noticia tras realizar un nuevo estallido durante las primeras horas de este jueves, alcanzando una altura de 1 kilómetro en su columna de cenizas. Este evento marca un hito significativo en la actividad volcánica de la región y pone de manifiesto la intensa energía que se genera bajo la superficie del volcán.

De acuerdo con el informe proporcionado por el Observatorio Volcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), el fenómeno no solo se limitó a la expulsión de cenizas, ya que también se detectaron balísticas en el área este del cráter. Las temperaturas en esta zona han registrado cifras alarmantes, alcanzando casi 250 °C, lo que indica la actividad termal intensa en el interior del volcán. Este tipo de actividad puede ser indicativa de un futuro aumento en la actividad eruptiva, lo que es motivo de preocupación para los expertos y las autoridades encargadas de la seguridad en la zona.

La erupción se produjo alrededor de la 1:10 p.m. y, gracias a las observaciones precisas de los científicos, se estableció que la duración de esta explosión fue de un minuto. Este breve pero intenso evento resalta la naturaleza impredecible de los volcanes y la necesidad constante de monitoreo para garantizar la seguridad de las comunidades cercanas.

En respuesta a esta reciente actividad volcánica, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencia (CNE) ha declarado una alerta roja en la zona del volcán. Además, se ha emitido una advertencia a los cantones que rodean el área, los cuales están en riesgo de afectaciones debido al posible incremento en la actividad eruptiva. En particular, los cantones de Grecia y Sarchí han sido elevados a una alerta naranja en vista de la situación, mientras que Río Cuarto, Zarcero, Naranjo, Poás y Alajuela permanecen bajo una advertencia amarilla, lo que indica un estado de monitoreo continuo pero con menor urgencia en comparación con los de alerta naranja y roja.