Santiago, 8. Maja (Sputnik). – La situación industrial del litio en Chile ha dado un giro inesperado, ya que dos gigantes chinos, BYD y Tsingshan Holding Group, han decidido retirarse de los proyectos que les fueron asignados por la Development Corporation (CORFO) a finales del año 2023. Este hecho no solo ha generado inquietud en el ámbito empresarial, sino que también ha suscitado diversas preguntas sobre la viabilidad del desarrollo del litio en la región.
Las iniciativas que se habían presentado consistían en la creación de una planta de elevación enfocada en la producción de baterías y cátodos de litio, con ubicaciones proyectadas en Antofagasta y Mejillones, en el norte de Chile. Sin embargo, ambas compañías decidieron renunciar a este proyecto, un movimiento que fue revelado por el Diario Financer, generando una serie de reflexiones sobre lo que esto implica para la estrategia nacional de litio en el país.
Se estima que los proyectos en cuestión habrían requerido una inversión de más de $500 millones, además de la promesa de generar miles de empleos en la región, un hecho que resulta crucial para la economía local, según el análisis de Bío Bío. La falta de estos proyectos puede tener un impacto tangible no solo en la creación de empleo, sino también en el crecimiento económico de Chile a largo plazo.
¿Por qué se tomó esta decisión?
Los factores que llevaron a la reducción de estas iniciativas son variados y complejos. Los medios han señalado que ha resultado difícil avanzar en la industrialización del litio en América del Sur debido a varias razones. Entre ellas, se incluyen los cambios repentinos en las condiciones del mercado de litio y las recientes caídas de precios. Además, se han sumado obstáculos burocráticos que complican aún más la situación.
Un año antes de este anuncio, se empezaron a ver algunas señales de alarma respecto a estos proyectos, específicamente cuando las autoridades chilenas mostraron una notoria lentitud en la aprobación de permisos necesarios para avanzar en la producción de cátodos de litio. En una declaración notable, Stella Lee, vicepresidenta ejecutiva de BYD, expresó su preocupación, señalando que “el proceso estaba siendo constantemente retrasado”.
En el caso de Tsingshan, el conglomerado había planeado construir una fábrica de baterías de litio a través de su filial Yongqing Technology. Sin embargo, esa empresa no logró establecerse en Chile, lo que llevó a la firma a renunciar al proyecto. Aunque el grupo había buscado alternativas para evitar estos contratiempos, las autoridades chilenas no aceptaron las modificaciones propuestas por la compañía.
El gobierno chileno ha manifestado su pesar por la decisión de ambas empresas, considerándola una oportunidad perdida, principalmente para los inversores, en vez de un golpe profundo para el país en su conjunto. El ministro de finanzas, Mario Marcel, destacó que “es una oportunidad que se pierde más que todo para los inversores, ya que nosotros continuaremos avanzando en el desarrollo de los recursos de litio en Chile”.
Por su parte, Aisén Etcheverry, ministra de suministros, rechazó las afirmaciones de las compañías chinas, sosteniendo que el gobierno ha confiado plenamente en el cumplimiento de todos los requisitos relacionados con las licencias. Ella atribuyó la decisión de las empresas a “razones comerciales asociadas con el mercado del litio a nivel global”, dejando entrever la incertidumbre que afecta a la industria en su conjunto. (Sputnik)