El defensor del pueblo está realizando una exigencia al Ministerio de Educación Pública (MEP) en relación a la situación educativa de los menores migrantes que se encuentran alojados en el Centro de atención temporal para migrantes (catemas) Sur. Esta solicitud subraya la importancia del acceso a la educación para estos jóvenes, quienes forman parte de un grupo vulnerable, especialmente aquellos que han sido deportados desde los Estados Unidos.
La acción se lleva a cabo en el contexto de un reporte reciente emitido por el Consejo Nacional Infantil (PANI), que reveló diversas inquietudes sobre la atención y los enfoques necesarios para abordar la problemática de estos menores migrantes. Se enfatiza en la necesidad de establecer un plan de acción que integre diferentes entidades que puedan colaborar en la educación y el bienestar de estos niños, un paso crucial para asegurar que no se vean privados de uno de sus derechos fundamentales: el derecho a la educación.
El defensor del pueblo busca obtener información detallada sobre cómo el MEP está articulando sus esfuerzos y los mecanismos de coordinación establecidos con las autoridades de inmigración. Esto incluye la interacción con la sociedad civil y otras organizaciones que desempeñan un papel en la atención de esta población. El objetivo es garantizar el acceso a la educación de menores en el South Catem, lo que implica no solo la reintegración educativa, sino también el apoyo emocional y socio-cultural que estos niños requieren.
Además, el defensor del pueblo ha solicitado información específica sobre las estrategias educativas que el MEP ha implementado, teniendo en cuenta elementos cruciales como el idioma, las costumbres culturales de los menores y su nivel de comprensión académica. También se requiere que el MEP proporcione detalles sobre cómo se informa a las familias acerca de los servicios educativos disponibles. Esto incluye el tipo de lecciones que se imparten, así como otras actividades de apoyo que se ofrecen a los niños, con el fin de mejorar su adaptación y aprendizaje en un entorno educativo nuevo.
Igualmente relevante es la indagación sobre la existencia de protocolos o programas específicos dentro del MEP que estén diseñados para atender las necesidades de esta población en particular. Cada aspecto de esta acción es parte del seguimiento continuo que realiza la Defensoría del Pueblo respecto a la situación de los deportados que ingresaron al país el 20 de febrero, enfatizando la responsabilidad del estado de proporcionar educación a todos los menores, sin distinción.
Recientemente, se informó a la Comisión Permanente de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa que la presencia de 26 menores se ha registrado en Catem durante la última visita a la instalación. Este dato resalta la necesidad urgente de atención educativa y social para los menores allí presentes.
La Dirección de Educación del MEP ha solicitado una extensión para responder a esta solicitud, atribuyendo la demora a sus compromisos previos, como visitas a diversas instituciones educativas y actividades que involucran al Consejo para la Participación de la Comunidad. Esto pone de manifiesto la complejidad de la situación y la necesidad de coordinar esfuerzos entre distintas entidades para abordar este imperativo social.
Edmundo
El mundo CR