Economía

El juego de tarifas transforma a Estados Unidos en el principal obstáculo para la economía global.

El barco conectará y descargará contenedores en el puerto de Qinzhou, China. Xinhua

BEIJING, 6 de Abril (Xinhua) – La administración estadounidense, con sus políticas comerciales proteccionistas, desorganizadas y amplias, está complicando el funcionamiento de la economía global, lo que socava aún más el lento crecimiento mundial y deteriora las frágiles redes de comercio. Estas estrategias, mal planificadas, generan incertidumbre y caos en el ámbito internacional.

Recientemente, el gobierno de Estados Unidos anunció su intención de implementar aranceles recíprocos, comenzando con una «tasa base» del 10 por ciento y tasas incrementadas para algunos de sus socios comerciales. Esta decisión ha generado una ola de oposición generalizada y ha catalizado ventas masivas en los mercados financieros a nivel global. Tal escenario plantea interrogantes sobre la efectividad de estas tarifas en el contexto de una economía ya tambaleante.

Economistas y analistas coinciden en que estas medidas no solo producirán efectos nocivos en la economía de América del Norte, sino que también impactarán negativamente en el ámbito global. Los cambios en las cadenas de suministro internacionales y un posible colapso del sistema comercial internacional basado en reglas son escenarios preocupantes inminentes.

Inducción de turbulencia económica

La comunidad económica ha criticado enérgicamente la agenda comercial impuesta por Estados Unidos, subrayando que es más perjudicial que beneficiosa. De acuerdo con Martin Wolf, el destacado comentarista económico del Financial Times, estas políticas son «desordenadas, impredecibles y débilmente focalizadas», además de ser contraproducentes para la economía estadounidense al mismo tiempo que asfixian a otros mercados globales.

Wolf enfatiza que las políticas arancelarias actuales fomentan una atmósfera de inseguridad, obstaculizando el proceso de formación de acuerdos comerciales y causando una considerable perturbación en la actividad económica general. Como resultado de la incertidumbre asociada a estos aranceles, la confianza del consumidor en Estados Unidos ha caído a niveles alarmantemente bajos, alcanzando cifras no vistas desde 2021. Esto se traduce también en un débil rendimiento del mercado de valores, que experimentó su peor trimestre en más de dos años.

Las previsiones sobre la economía estadounidense se están deteriorando continuamente. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha revisado recientemente sus proyecciones de crecimiento, reduciéndolas y pronosticando una caída en la tasa de crecimiento que podría situarse en un 2.2% para el año 2026. Además, la Corporación Internacional de Capital de China ha manifestado que la imposición de «aranceles recíprocos» podría incrementar la inflación y llevar a una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) en un 1.3 por ciento.

Las consecuencias de estas políticas se extienden más allá de las fronteras norteamericanas, alcanzando un nivel global. Fitch Ratings, entre otras importantes agencias, ha disminuido sus expectativas de crecimiento económico mundial, alertando sobre la creciente inquietud generada en torno a la economía estadounidense y su estrategia comercial.

En un claro indicativo de los tiempos económicos inciertos, Fitch anticipa que el crecimiento se desacelerará del 2.9% en 2024 al 2.2% en 2026, evidenciando así una tendencia a la baja que podría tener repercusiones severas. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo también ha expresado preocupaciones sobre cómo las políticas proteccionistas y las disputas comerciales en el futuro podrían perturbar aún más el comercio global.

Erosión de los cimientos del sistema comercial

A pesar de presentarse como una víctima del comercio mundial, Estados Unidos sigue siendo un «gran beneficiario». Okonjo-Iweala, Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ha revelado que Estados Unidos tiene un superávit significativo con muchas de las principales economías y genera alrededor del 80% de su PIB a partir de servicios.

Asimismo, estos aranceles podrían ser utilizados como herramienta para incrementar los ingresos gubernamentales o como moneda de cambio en futuras negociaciones comerciales más amplias. Sin embargo, investigadoras como Dong Yan advierten que estas políticas, que se desvían del enfoque de cooperación y beneficios mutuos, intensificarán las tensiones comerciales y el riesgo de inseguridad económica.

El desafío que presenta la ampliación de estas políticas radica en su potencial para amenazar el orden comercial internacional, que se basa en principios de reciprocidad y consultas multilaterales, según destacan los expertos. Los «aranceles recíprocos» fomentan conflictos comerciales, simplemente intensificando las disputas en lugar de buscarlas soluciones a través de negociaciones consensuadas. La resultante desaceleración de la cooperación internacional podría transformar la dinámica comercial en una mera competencia de intereses nacionales, lo que podría ser desastroso a largo plazo. Los analistas catalogan esta dirección como «económicamente incorrecta y geopolíticamente peligrosa». En lugar de fomentar un entorno de prosperidad compartida, se perpetúa una estructura donde solo unos pocos se benefician, dejando a la mayoría en la pobreza.

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