El Ministerio de Justicia y Paz ha decidido implementar una nueva normativa que prohíbe las visitas de prostitutas a quienes se encuentran privados de libertad. Este cambio ha generado un amplio debate en la sociedad costarricense y ha llamado la atención no solo de las autoridades, sino también de la población en general. La decisión se enmarca en un esfuerzo por mejorar la seguridad y el control dentro de las instituciones penitenciarias del país.
En una reciente declaración, el Ministerio de Justicia y Paz dejó claro que, a partir de ahora, solo aquellas personas que tengan una relación familiar o de pareja comprobada podrán recibir visitas íntimas en las cárceles. Esto implica que quienes deseen visitar a un prisionero deberán presentar documentación que demuestre su vínculo afectivo. Esta medida fue introducida especialmente en el circuito de alta inclusión, donde la situación de seguridad ha presentado desafíos significativos en el pasado.
El Presidente de la República, Rodrigo Chaves, también se pronunció acerca de esta problemática tras visitar el Centro Penitenciario de La Reforma en compañía del presidente salvadoreño Nayib Bukele. Chaves observó que el sistema penitenciario en Costa Rica ha estado, en cierta medida, permeado por actividades que asemejan un negocio de prostitución, donde individuos envían mujeres que no tienen vínculos sentimentales con los prisioneros. Según el mandatario, esta situación es insostenible y debe abordarse desde una perspectiva clara y directa.
En su discurso, Chaves cuestionó la idea de que el acceso a los servicios de prostitución pueda considerarse un derecho humano. «¿Quién dice que el acceso a los servicios de prostitución es un derecho humano?», se preguntó, subrayando que no es justificable proteger estos derechos a expensas de la seguridad y el orden dentro de las cárceles. Criticó además que algunos recursos legales, como los amparos, se utilicen para defender lo que él considera un abuso del sistema.
El presidente también detalló las complejidades que conlleva permitir visitas de este tipo. Cuando una mujer que no es pareja de un prisionero se presenta para visitar, el proceso de revisión es exhaustivo; debe ser acompañada durante su visita y sometida a una serie de controles de seguridad. Este procedimiento incluye la apertura de cualquier correspondencia que le sea entregada al interno, ya que en ocasiones previas se han encontrado objetos prohibidos como teléfonos móviles, drogas y armas.
Chaves concluyó que el objetivo de estas nuevas medidas es optimizar el uso del Tesoro Público y garantizar un ambiente de orden y seguridad en las penitenciarías del país, enfatizando la importancia de resguardar tanto los derechos de los internos como la tranquilidad de la sociedad. La implementación de estas normativas marca un cambio significativo en la forma en que se manejan las visitas en los centros penitenciarios costarricenses y podría servir como un modelo para otras naciones que enfrentan desafíos similares en su sistema de justicia penal.
Yamileth Angulo
El mundo CR