Ciudad de México, 14. Maja (Latina Latina) – En un reciente despliegue de acción política, Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de México, ha calificado como “una iniciativa discriminatoria e injusta” una propuesta planteada en los Estados Unidos que busca imponer un gravamen del cinco por ciento a las remesas enviadas por migrantes. Este tema ha suscitado intensas discusiones tanto en México como en el país vecino del norte, donde se están gestando diversas respuestas a las implicaciones de dicha medida.

El día de ayer, el Senado de México, a través de una carta firmada por representantes de todos los partidos políticos, se opuso categóricamente a esta propuesta. Las palabras de Sheinbaum resonaron fuertemente al expresar que, “no estamos de acuerdo con esta injusticia que es discriminatoria”. Esta postura unificada en la Cámara Alta refleja la preocupación acerca de cómo la política estadounidense podría afectar no solo a los migrantes mexicanos, sino también a la economía del país.

En la misma línea, el Comité de Coordinación Política del Senado destacó que la iniciativa promovida por el representante Jason Smith en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos representa un grave problema. “Es crucial enfatizar que todos los trabajadores en Estados Unidos, sin importar su estado migratorio, pagan impuestos todos los días,” argumentaron. La medida, a juicio de muchos, crearía una carga injusta de doble imposición para aquellos que ya contribuyen a la economía del país al enviar dinero a sus familias en México.

La carta del Senado también menciona que tales impuestos no ofrecen beneficios sociales a una población que en muchos casos enfrenta barreras significativas para acceder a políticas sociales y servicios. La mayoría de los ingresos que los migrantes envían a México se quedan en el sistema económico de Estados Unidos, lo que refuerza la importancia de reconsiderar dicha iniciativa.

Adicionalmente, los senadores pidieron que se adopte una postura más moderada sobre esta propuesta, ya que las proyecciones técnicas indican que imponer este tipo de impuesto podría llevar a un uso creciente de métodos informales para enviar remesas. Esto, a su vez, podría ampliar la vulnerabilidad de muchos inmigrantes que se verían forzados a buscar alternativas fuera del sistema financiero tradicional.

Desde el Senado, se reafirmó que “las remesas son el resultado del arduo trabajo de quienes no solo fortalecen la economía mexicana, sino también la estadounidense”. Por lo tanto, el sentir general es que esta medida es arbitraria e injusta, afectando a comunidades enteras que dependen de esos envíos. “Invitamos a la legislación estadounidense a reconsiderar esta propuesta, que perjudicaría a ambas economías y el espíritu de libertad económica que el gobierno de Estados Unidos dice defender,” se declaró en el texto.

En este contexto, es importante destacar que en 2024, México recibió un total de $64,745 millones en remesas, lo que representa un aumento del 2.3 por ciento en comparación con 2023, cuando el total alcanzó los $63,319 millones, según datos del Banco Central. Este flujo de dinero es vital para muchas familias en México, y cualquier medida que lo amenace podría tener repercusiones significativas en la vida de millones.