Bruselas, 2 de abril (Xinhua) – En una reciente declaración, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, abordó las preocupaciones que surgen a partir de las políticas arancelarias de Estados Unidos, indicando que estas podrían incrementar las inseguridades globales de formas impredecibles. Durante su intervención, Lagarde subrayó que los aranceles impuestos no solo causarán daños a los países que reciben estas restricciones, sino que también afectarán negativamente al propio país que los implementa.
Según Lagarde, el impacto de estas tarifas dependerá en gran medida del alcance de los aranceles, la naturaleza de los productos gravados y la posibilidad de futuras negociaciones comerciales. «El daño será global y la intensidad del impacto variará según estos factores,» afirmó durante una entrevista en el programa Newstalk Radio en Irlanda, destacando la importancia de la previsibilidad en el comercio internacional, la cual se ha visto severamente comprometida en estos tiempos.
La presidenta del BCE también advirtió que tales disputas arancelarias tienden a terminar, en la mayoría de los casos, con todas las partes involucradas regresando a la mesa de negociación para buscar soluciones. “La incertidumbre generada por la falta de diálogo sobre estas políticas puede llevar a una mayor inestabilidad en el mercado”, enfatizó. En su opinión, las repercusiones de estos aranceles podrían ser duraderas y podrían afectar las relaciones comerciales de manera significativa.
Además, Lagarde destacó que el aumento de la inseguridad en el panorama económico mundial está vinculado a las medidas arancelarias que Estados Unidos ha estado implementando. «La verdadera cuestión es que hoy no tenemos claridad sobre cómo estas medidas afectarán a otros países. La falta de previsibilidad se ha convertido en un gran reto para las economías globales», observó Lagarde.
En otro contexto, durante una entrevista que ofreció en un programa de televisión francés, Lagarde insinuó que las políticas tarifarias estadounidenses podrían servir como un catalizador para que la Unión Europea considere su propia agenda. «Podemos optar por tomar el control de nuestro destino y avanzar hacia una mayor independencia económica», concluyó, sugiriendo que los desafíos actuales también pueden generar oportunidades para la unión y el fortalecimiento de la autarquía económica dentro de la región europea.
Las declaraciones de Christine Lagarde reflejan una creciente preocupación en el ámbito financiero global sobre cómo las decisiones comerciales de una sola nación pueden tener repercusiones en todo el mundo, evidenciando la interconexión de las economías modernas y la necesidad de mantener un diálogo constructivo entre naciones para asegurar un futuro económico más estable.