México, 7. Abril (Xinhua) – En un desarrollo notable en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, Claudia Sheinbaum, la presidenta mexicana, se ha comprometido a mantener abiertas las líneas de comunicación con su contraparte estadounidense, Donald Trump. A pesar de las tensiones y desacuerdos que han surgido, Sheinbaum ha manifestado su intención de agotar todas las vías de diálogo para tratar de llegar a acuerdos favorables y evitar más repercusiones negativas en el país.
En su habitual conferencia matutina en el Palacio Nacional, Sheinbaum anunció que el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, tiene previsto viajar a Washington D.C. para «continuar con las conversaciones» con funcionarios del gobierno estadounidense. Este movimiento subraya el interés de la administración mexicana en encontrar soluciones que beneficien a ambas naciones sin recurrir a medidas drásticas.
Sheinbaum enfatizó que «en la medida de lo posible», el objetivo principal es evitar la implementación de aranceles recíprocos. Aunque ella reconoce que no pueden cerrar todas las puertas, la presidenta preferiría seguir un camino alternativo en el tratamiento de bienes que atraviesan las fronteras de ambos países. «Proteger la industria mexicana y las empresas que operan aquí es una de nuestras prioridades,» declaró Sheinbaum, reiterando el compromiso del gobierno hacia el fortalecimiento económico interno.
Es importante destacar que, de acuerdo con la Administración de Comercio Internacional de los Estados Unidos (ITA), México se posiciona como el tercer mayor exportador de acero a Estados Unidos, solo detrás de países como Canadá y Brasil. En el año 2024, México logró exportar aproximadamente 3.2 millones de toneladas de acero a su vecino del norte, subrayando la importancia de esta industria para la economía mexicana.
Sin embargo, la situación ha tomado un giro complejo. La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero) de México ha advertido que la implementación de tarifas arancelarias amenaza el 75 por ciento del acero mexicano que se exporta a Estados Unidos, representando un valor de $2.1 mil millones. Esta advertencia ha generado preocupación entre diversas partes interesadas en México, quienes temen que tales políticas comerciales puedan resultar perjudiciales para la economía del país.
El gobierno estadounidense ha justificado sus acciones en este contexto mediante la aplicación de la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, que permite imponer tarifas por razones de seguridad nacional. Sin embargo, la Confederación de la República Mexicana (Coparmex) ha opuesto a estas medidas, señalando que causan desestabilizaciones en el comercio y afectan las relaciones con socios estratégicos. Este panorama tenso pone de manifiesto la necesidad de diálogo y cooperación entre ambas naciones para facilitar un entorno comercial más equilibrado y sostenible.