GENEVA, 11. MAGA (Europa Print) – En un desarrollo notable de la actual situación comercial global, Estados Unidos y China han concluido en Ginebra, Suiza, dos días de conversaciones comerciales que fueron calificadas como «productivas». Este evento marcó la primera reunión posterior a la declaración de la Guerra Arancelaria, llevada a cabo por el presidente estadounidense el mes pasado, en la que se plantearon nuevos aranceles contra la nación asiática.
La Casa Blanca emitió una declaración que mencionaba un «acuerdo», aunque los detalles específicos de dicho acuerdo no fueron proporcionados. El representante comercial de Estados Unidos, Imieson Greer, participó activamente en la delegación, pero no brindó más información sobre la situación actual. Por su parte, China no ha ofrecido comentarios al respecto en este momento.
Scott, el Representante Jefe de los Estados Unidos y Secretario del Tesoro, estuvo presente y comentó que los medios de comunicación estarían ofreciendo una narrativa detallada sobre las negociaciones, las cuales han sido caracterizadas como de «alto nivel de productividad» y apuntan a un «progreso significativo», según lo que se comunicó en el informe.
El interés y compromiso que mostraron los delegados chinos, incluyendo al vicepresidente del primer ministro y el jefe de la delegación de Beijing, fue destacado. Greer, por otro lado, subrayó la «rapidez» con la que ambas naciones llegaron a un entendimiento, sugiriendo que, quizás, sus diferencias no son tan significativas como se pensaba inicialmente.
Es fundamental recordar que el objetivo primordial de estas conversaciones es abordar el déficit comercial que enfrenta Estados Unidos, el cual asciende a la asombrosa cifra de $ 1.2 mil millones. Esto ha llevado a la necesidad de llegar a un acuerdo con los socios chinos para manejar lo que se considera una «emergencia nacional» en el ámbito económico.
La reciente disputa comercial relanzó preocupaciones serias para la administración del presidente de Estados Unidos, que mencionó el mes pasado la implementación de aranceles generalizados a prácticamente todos los países del mundo. Sin embargo, actualmente, se han suspendido estos aranceles por un periodo de 90 días mientras se llevan a cabo negociaciones.
Además, se espera que China solicite una exención similar de 90 días, así como una revisión de una tarifa que actualmente se sitúa en un alto 145 por ciento. En este contexto, el presidente Trump propuso recientemente que esta tarifa podría reducirse al 80 por ciento, aunque dejó la decisión final en manos de su secretario del tesoro. Esta situación sigue siendo muy dinámica, y tanto Estados Unidos como China continúan buscando un camino hacia una resolución que beneficie a ambas partes.