Sucesos

Imponen 36 años de prisión al hombre que abusó de su sobrina

El tribunal penal de Heredia ha emitido una condena de 36 años de prisión contra un hombre blanco, quien fue encontrado culpable de haber cometido tres delitos de violación en perjuicio de su primo político. Esta decisión judicial se hizo pública el día 7 de abril, marcando un hito en la lucha contra la violencia sexual en la región.

Esta sentencia es un claro ejemplo de la determinación del sistema judicial costarricense para abordar casos de delitos sexuales, especialmente aquellos que implican a menores de edad. Las víctimas de estos crímenes han enfrentado un sufrimiento indescriptible, y es fundamental que se impongan penas severas a los culpables para disuadir futuros delitos.

Detalles del Caso

De acuerdo a lo que se confirma en la información proporcionada por Plataforma de atención de las víctimas integradas (PISAV), con sede en San Joaquín de Flores, los hechos delictivos ocurrieron en Santa Bárbara de Heredia. Este período se extendió desde julio de 2020 hasta el 25 de junio de 2024, tiempo en el cual, la víctima tenía entre 12 y 16 años, lo que realza aún más la gravedad de los actos cometidos.

Durante la audiencia, se presentaron abundantes evidencias que permitieron al tribunal concluir que el acusado, como un individuo cercano a la familia, se aprovechó de los momentos en que se encontraba a solas con la víctima para llevar a cabo sus actos de violencia sexual. Aprovechándose de la confianza que la familia había depositado en él, abusó de su posición y de la vulnerabilidad de su primo político, lo que agrava aún más la naturaleza de sus crímenes.

La decisión del tribunal no solo juega un papel importante en el contexto del caso específico, sino que también envía un mensaje contundente a la sociedad. Las víctimas de violencia sexual deben sentirse seguras de que sus denuncias serán tomadas en serio y que hay un camino de justicia disponible para ellas. En este caso particular, el veredicto firme establece que el hombre blanco debe permanecer en detención preliminar mientras se llevan a cabo los procesos adicionales pertinentes.

Este caso es representativo de la lucha constante que enfrenta el sistema judicial costarricense para erradicar la violencia de género y los delitos sexuales. Las autoridades y la comunidad deben unirse para crear un entorno donde las víctimas se sientan valientes para hablar y donde los perpetradores enfrenten consecuencias palpables. Sin duda, este fallo es un paso importante hacia la seguridad y la justicia para los más vulnerables.

Redacción

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