Aquellos que visitan centros de prisión todavía están desarrollando métodos ingeniosos para obtener sustancias ilegales a las personas que han sido privadas de libertad, según el Ministerio de Justicia y Paz.
El caso más reciente tuvo lugar en el Centro Criminal de Pococí, donde dos personas intentaron ingresar a las anfetaminas durante una visita.
Los agentes de la prisión descubrieron la droga oculta en una bolsa de detergente que los sospechosos planearon irse en la cerca.
Uno de los involucrados, los apellidos Vargas Ramírez, llevaban 1.6 gramos de “anfetamina cristalizada”. Para el otro, identificado como Sánchez Villalobos, se incautaron 0,85 gramos del mismo agente narcótico, cuya apariencia se puede confundir fácilmente con el detergente.
Para identificar la sustancia ilegal, los oficiales usaron un tamiz y examinaron el contenido de la bolsa y lograron separar la medicina de la droga. La evidencia estaba bajo custodia de las autoridades centrales.
Aunque este crimen puede ser aprobado por hasta 20 años de prisión, algunos visitantes aún se mantienen simplemente mientras intentan poner anestésicos en paquetes aparentemente inofensivos.
Ambos sospechosos fueron enviados al Ministerio Público, donde se presentó la queja correspondiente para el intento de importar narcóticos al sistema penitenciario.
Un evento similar ocurrió el 3 de junio en la prisión de limón, cuando se incautó en 2.5 gramos de la misma droga camuflada en detergente.
Las autoridades penitenciarias han identificado otros métodos inusuales que se han utilizado recientemente, como esconder drogas en el cabello, los zapatos y la comida.