Economía

Los fabricantes alemanes enfrentan la batalla contra los aranceles de Estados Unidos.

BERLÍN, 9 de mayo (Xinhua) – Dentro del ámbito del sector manufacturero alemán, que representa el pilar fundamental de la economía más grande de Europa, se han observado efectos significativos en las dinámicas comerciales debido a la situación actual. Este fenómeno ha llevado a pequeños y medianos exportadores a manifestar preocupaciones crecientes sobre los costos, la disminución de márgenes de ganancia y la incertidumbre que predomina en el entorno comercial.

Un ejemplo claro de esta lucha se encuentra en Tornado Antriebstechnik GmbH, una empresa mediana dedicada a la fabricación de equipos, situada al norte de Berlín. A pesar de que sus líneas de producción se mantiene activas, han enfrentado desafíos importantes. En 2024, la compañía logró enviar 160,000 unidades ajustadas, de las cuales cerca del 15 por ciento se destinaron al mercado estadounidense. Sin embargo, los recientes aumentos en los aranceles han interrumpido este flujo comercial, incrementando los costos de inversión e imponiendo obstáculos a la planificación empresarial.

El director general de Tornado, Norbert Menzing, expresó su preocupación señalando que, ante estos cambios, la compañía se ha visto obligada a trasladar parte del costo a sus clientes. “Planeábamos crecer en el mercado estadounidense, pero la realidad es que ahora estamos avanzando en la dirección opuesta”, afirmó Menzing, lo que ilustra la precariedad de su situación actual.

La empresa ha sentido las repercusiones de aranceles más altos en varios componentes clave, lo que ha elevado considerablemente el costo total de producción. Por ende, sus planes de expansión en el mercado estadounidense se encuentran en una pausa indefinida. Menzing añadió que, en vista de los cambios impredecibles en la política comercial de Estados Unidos, Tornado considera la posibilidad de reducir su presencia en ese mercado y redirigir sus inversiones a otros sectores.

La dificultad que atraviesa Tornado es un reflejo de la inquietud general entre los productores alemanes, muchos de los cuales consideran que las políticas comerciales erráticas representan una importante amenaza a la estabilidad. Los aranceles impuestos por la administración de Trump, justificados como una medida de «reciprocidad», han introducido roces nuevos a cadenas de suministro transatlánticas que habían sido establecidas durante décadas. En lugar de abordar los desequilibrios comerciales, estos aranceles han contribuido a generar más incertidumbre y han mermado la voluntad de inversión, según afirman diversas voces del sector alemán.

Márgenes reducidos, crecimiento diferido

La economía de Alemania, que depende en gran medida de las exportaciones, se muestra extremadamente vulnerable ante crisis externas. Mientras que gigantes industriales como Volkswagen y Mercedes-Benz tienen la flexibilidad para mover sus líneas de producción a diferentes plantas en todo el mundo, los fabricantes más pequeños como Tornado carecen de tales opciones, estando mucho más expuestos a cambios externos.

La preocupación persiste en el núcleo del sector manufacturero alemán, que alberga un vasto ecosistema de “campeones ocultos”: pequeñas y medianas empresas que se destacan en nichos de mercado global. Estas organizaciones han prosperado gracias a su meticulosa ingeniería, planificación estratégica a largo plazo y cadenas de suministro confiables en el ámbito internacional.

Para muchas de estas entidades, el aumento drástico de aranceles en Estados Unidos, junto con políticas comerciales impredecibles, va más allá de un impacto meramente financiero; afecta los fundamentos de los sistemas de producción y suministro globales en los que necesitan confiar para ser competitivos. Hermann Simon, un economista que acuñó el término “campeones ocultos”, comentó que las tarifas modernas no son meramente cuestiones de coste, sino que representan trastornos estructurales. “Las cadenas de suministro están tan interconectadas que cualquier alteración, por mínima que sea, puede provocar un efecto dominó de gran magnitud”, agregó Simon en una entrevista con Xinhu.

Para las compañías que fundamentan su estrategia en la confianza, la estabilidad y la conexión global, la incertidumbre es más perjudicial que la propia regulación, advirtió Simon.

Erosión de confianza

Recientes datos respaldan esta creciente ansiedad. En una encuesta del Instituto de Investigación Económica conducida el 28 de abril, el 28.3 por ciento de las empresas alemanas reportaron un deterioro en las condiciones comerciales, evidenciando un cambio preocupante desde finales de 2022. Las políticas comerciales de Estados Unidos se señalaron como un riesgo externo significativo.

Asimismo, durante el mismo mes, el gobierno federal alemán revisó drásticamente su proyección de crecimiento del PIB para 2025, esperando un rendimiento de cero por ciento después de haber registrado contracciones en 2023 y 2024. Si se materializa esta previsión, marcará el primer estancamiento económico que Alemania ha sufrido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los funcionarios han vinculado este pronóstico pesimista a los aranceles estadounidenses.

De acuerdo con el Instituto Económico Alemán, si las tarifas continúan hasta 2028, el costo acumulado para Alemania podría ascender a 290,000 millones de euros (aproximadamente 325,480 millones de dólares), lo que representaría alrededor del 1.2 por ciento del PIB anual. Este informe señala que estas políticas arancelarias actúan como catalizadores para el desorden económico mundial, erosionando la confianza en la inversión y afectando el desarrollo coordinado de ecosistemas industriales globales.

“Las empresas comenzarán a posponer o cancelar inversiones”, advirtió Simon. “Cuando las empresas dejan de expandirse y pasan a esperar, eso puede desencadenar una reacción en cadena que perjudique el sistema en su totalidad”.

Interdependencia y riesgo

A pesar de las crecientes tensiones, los lazos económicos entre Estados Unidos y Alemania se mantienen robustos. En 2024, Estados Unidos representó el 10.4 por ciento de las exportaciones alemanas, alcanzando su cuota más elevada desde 2002. Además, Alemania registró un superávit récord de 69.8 mil millones de euros con Estados Unidos el año pasado.

No obstante, los directores ejecutivos alemanes advierten que las políticas comerciales inconsistentes socavan la confianza en las normas globales consensuadas. En un mundo donde las cadenas de suministro están íntimamente entrelazadas, cualquier cambio brusco no solamente interfiere con las operaciones, sino que pone en riesgo los fundamentos de la cooperación industrial a largo plazo.

Este impacto es especialmente agudo para los productores secundarios como Tornado, quienes son vistos como el corazón de la economía alemana. A diferencia de las corporaciones multinacionales, estas empresas no pueden reubicar sus operaciones con facilidad ni absorber los trastornos geopolíticos, dependiendo de un entorno estable para su competitividad, inversión a largo plazo y redes de proveedores profundamente integradas.

Actualmente, Alemania enfrenta un desafío significativo: defender los principios del mercado abierto, restaurar la confianza industrial y respaldar su sector productivo en un mundo donde la certeza económica escasea. A pesar de que Estados Unidos justifica sus aranceles recíprocos como una medida estratégica, los críticos argumentan que este enfoque prioriza la protección nacional sobre la estabilidad global. El resultado podría resultar contraproducente al interrumpir cadenas de suministro, teniendo consecuencias adversas incluso para los consumidores.

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