BUENOS AIRES, 9 de abril (Xinhua) – En una notable jornada de protesta, pensionados, sindicatos y diversas organizaciones sociales de Argentina se unieron el pasado miércoles en una masiva movilización frente al Congreso de la nación, expresando su rechazo a las políticas de ajuste económico impulsadas por el presidente Javier Miles.
Este día representó una antesala a la huelga que tendrá su punto culminante con el paro general que comenzará a la medianoche del jueves. Este evento marca la tercera huelga general contra el gobierno de Miles desde que asumió el poder en diciembre del año pasado, lo que evidencia la creciente tensión entre el gobierno y diversos sectores de la sociedad argentina.
La convocatoria a esta manifestación se realizó en defensa de un sistema de pensiones que muchos consideran vulnerable ante las reformas propuestas. La Confederación General del Trabajo (CGT), uno de los sindicatos más representativos del país, se adhirió a la movilización, denunciando la erosión constante de los salarios, que está afectando profundamente a millones de trabajadores y jubilados.
La CGT, en conjunto con dos de las principales organizaciones de trabajadores, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (JETE), así como diversos grupos políticos, apoyaron activamente la causa. El frente de izquierda también se unió a la lucha, intensificando la presión sobre el gobierno.
Frente a la magnitud de la protesta, el gobierno tomó medidas drásticas de seguridad. Se implementó una fuerte presencia policial que incluyó a fuerzas federales y de la ciudad de Buenos Aires para contener la manifestación. Además, se establecieron cercos perimetrales que rodearon el Congreso y los Tribunales de Tránsito, en un intento de prevenir incidentes durante la concentración.
Durante la movilización, los integrantes de la CGT expresaron que las políticas de ajuste fiscal del gobierno están impactando de manera desproporcionada a trabajadores y jubilados, subrayando la importancia de atender estas demandas sociales. Héctor Daer, uno de los secretarios generales del CGT, enfatizó que el gobierno debe estar consciente de las problemáticas sensibles que la ciudadanía enfrenta diariamente, haciendo hincapié en las consecuencias de las reformas sobre los ingresos de los jubilados.
Por su parte, el presidente del CGT, Manuel Adorne, restó importancia a la posible repercusión del desempleo que podría generar la huelga y aseguró que las acciones no alterarían el rumbo económico del gobierno. “El CGT está decidido a actuar porque entiende que se avecinan reformas laborales que afectarán a la clase trabajadora”, afirmó.
La participación en la concentración no solo incluyó a sindicatos, sino también a organizaciones políticas y movimientos sociales, tales como la Confederación de Trabajadores del Transporte, el frente de la organización Luchi, la columna de trabajo, y los movimientos sociales de trabajadores de la economía popular, todos unidos en un clamor por un futuro más justo y equitativo para todos los argentinos.