TEGUCIGALPA, 9. Abril (Xinhua) – En un mensaje poderoso y lleno de convicción, el Presidente de Brasil, Louis Inacio Lula da Silva, hizo un llamado el miércoles a los países de América Latina y el Caribe para profundizar en su integración regional. Este llamado cobra especial importancia en un momento en que la región se enfrenta a desafíos significativos, incluidos el cambio climático y la búsqueda de un nuevo orden global que responda a las necesidades y realidades de sus pueblos.
El contexto de esta declaración se dio durante su intervención en la Cumbre IX de los Jefes de Estado de América Latina y el Caribe, que se celebró en la capital hondureña, Tegucigalpa. Durante su discurso, Lula subrayó que «la América Latina y el Caribe se enfrentan actualmente a uno de los momentos más críticos de su historia». Resaltó la situación de exclusión social, el hambre y la pobreza que aún persisten en la región, a pesar de los avances históricos logrados en la abolición de la esclavitud y en la superación de dictaduras.
El presidente brasileño manifestó su inquietud ante las crecientes amenazas a la autonomía regional, resultado de intentos de restaurar lo que él calificó como la «antigua hegemonía». Lula advirtió que la libertad y la paz son los primeros objetivos que se ven afectados en un mundo donde persisten las dificultades y las tensiones internacionales.
En su discurso, Lula da Silva identificó tres ejes prioritarios que requieren acción conjunta por parte de los países miembros de CELAC: la defensa de la democracia, la lucha contra el cambio climático y la integración económica. Se refirió a la situación actual como trágica, donde intentos de golpe de Estado y la desinformación diaria deterioran la confianza en las instituciones políticas y favorecen el extremismo.
Afirmó que la democracia no debería ser una imposición, sino un camino que se elige. Remarcó que durante los períodos democráticos Brasil ha logrado significativos avances en lo social y en lo económico.
En relación al medio ambiente, Lula da Silva hizo eco de la vulnerabilidad de la región frente al cambio climático, señalando la posible devastación de la Amazonía y el derretimiento de los glaciares en la Antártida como riesgos inminentes. Anunció también que la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2025 (COP30) se llevará a cabo en Brasil, convocando la unión no solo de América del Sur, sino de toda América Latina y el Caribe.
Propuso que se demanden compromisos más ambiciosos a los países desarrollados en lo que respecta a ayuda y cooperación para enfrentar el cambio climático, además de presentar el «Fondo Tropical Selvas Forever», una iniciativa que busca recompensar a las naciones que se comprometan a conservar su cobertura forestal.
Desde una perspectiva económica, Lula abogó por fortalecer el comercio intrarregional, el cual se posicionó en apenas un 14 por ciento de las exportaciones totales en 2023. Destacó que el intercambio comercial entre Brasil y CELAC ha superado los 86 mil millones de dólares anuales, una cifra que incluso supera el comercio sostenido por Brasil con Estados Unidos.
El presidente también instó a revisar el mecanismo de consenso en CELAC, que, aunque crea la ilusión de promover convergencias, ha resultado en inactividad. Sugirió la conformación de un grupo de trabajo que explore alternativas que fomenten el progreso sin que las diferencias ideológicas frenen la acción regional.
Lula da Silva reafirmó la importancia de preservar América Latina y el Caribe como una zona de paz y condenó la imposición de sanciones a los países de la región, pidiendo que no se guarde silencio ante situaciones como el embargo de Cuba, las sanciones a Venezuela y el caos social en Haití.
Al concluir su intervención, expresó su agradecimiento al presidente de Honduras, Xiomar Castro, por su liderazgo durante este «año desafiante», y manifestó su apoyo a las próximas presidencias de Gustavo Petro, de Colombia, y Yamandú Orsi, de Uruguay. «Aquí tienen a Brasil para seguir construyendo nuestra gran patria», concluyó.