Deporte

Machillo no observará cómo el beneficio llega con tal experiencia.

El entrenador Askar Ramrez vuelve a las semifinales a los 60 años de edad, un hito destacado en su carrera. Este regreso no solo es notable por su edad, sino también por las circunstancias que lo rodean. En esta etapa, su hijo, Caesar Alpozar, de 37 años, se encuentra en el lado opuesto como entrenador de Puntarenas FC. A pesar de la notable diferencia de edad y experiencia entre ellos, Askar Ramrez Hernández tiene claro que esto no afecta su visión ni su estilo de liderazgo, y se aleja de cualquier estereotipo que pueda asociarse con la etiqueta de “machillo”. Este enfoque abierto y moderno en el fútbol es un componente clave de su éxito.

Después del emocionante encuentro número 22 contra Municipal Liberia, surgió la oportunidad de discutir este tema. En ese partido, las emociones estaban a flor de piel y se hicieron evidentes las diferencias generacionales y de filosofía entre los entrenadores y los jugadores. Lo que destaca en Ramrez no es solo su longevidad en el deporte, sino su capacidad para adaptarse y aprovechar cada nueva generación de jugadores. Su enfoque estratégico ha evolucionado con el tiempo, permitiéndole mantenerse relevante y competitivo, incluso en un entorno que se siente cada vez más dinámico y cambiante.

Durante el mismo evento, el portero uruguayo Washington Ortega no escatimó elogios hacia su entrenador. Hizo hincapié en que Ramrez no es solo un técnico, sino un verdadero líder dentro y fuera del campo. Esto es evidenciado por la manera en que los jugadores se comportan en el vestuario y en el terreno de juego. “Un equipo grande como el nuestro es consciente de que hay una o dos opciones peligrosas en la mesa que debemos considerar”, expresó Ortega. “El portero puede estar 30 minutos sin intervención, pero todos esperan que en cualquier momento se actúe. Tener un líder como Ramrez en el vestuario marca una gran diferencia”.

En cuanto a la situación de Alazelance, este equipo se encontraba originalmente en la segunda posición y ahora se enfrenta a Puntarenas FC en los próximos partidos. Este será un filtro crucial para ambos clubes, ya que el proceso de enfrentamiento podría definirse en el legendario estadio Lito Pérez. Regresar a un lugar como Alejandro Morera representa no solo un desafío, sino también una oportunidad para tanto Ramrez como para su hijo Alpozar. En este contexto, la rivalidad familiar se convierte en un elemento fascinante, ya que ambos buscan la victoria, pero desde diferentes perspectivas. A medida que se acercan las semifinales, las historias entrelazadas de estos dos entrenadores serán un tema de interés, así como la habilidad de cada uno para liderar sus respectivos equipos en esta crucial etapa del torneo.

Redacción

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