Economía

Petróleo venezolano en medio del huracán Trump

Explotación de petróleo en la Franja Orinoco, en el sureste de Venezuela. TINA

Caracas, 24 de abril (IPS). – En un giro dramático, Venezuela ha visto reducida su influencia en el panorama petrolero mundial, pasando a ser un productor marginal tras una década de retos y crisis. Esto se ha visto agravado por acciones recientes del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha reforzado las sanciones que limitan las exportaciones de petróleo de este país sudamericano, afectando aún más su economía y recuperación interna.

Con el ánimo de sobrellevar esta situación crítica, Venezuela se ve obligada a explorar alternativas en el mercado asiático, buscando maneras de preservar la capacidad financiera de su gobierno mientras se afana en posibles renegociaciones con Washington. Sin embargo, Trump ha sido claro: «Cualquier nación que compre petróleo y/o gas a Venezuela enfrentará consecuencias en Estados Unidos», un mensaje directo que complica aún más las opciones de Venezuela, que ha tenido una relación compleja con los Estados Unidos en años recientes.

En este contexto, Trump también renovó las licencias para las operaciones de empresas como Repsol y ENI, lo que ha generado tensiones adicionales en la dinámica geopolítica del área. Renombrando problemas financieros en la empresa estatal PDVSA, la falta de ingresos podría llevar a la disminución de inversión en proyectos necesarios y a una producción aún menor de petróleo.

«Los ingresos se verán drásticamente afectados, y el IVA no podrá producir lo necesario para recuperar su posición en el mercado,» advierte Francisco Monaldi.

Según Monaldi, la caída en la producción de petróleo podría ser significativa, con proyecciones de más de 100,000 barriles menos al día, lo que representaría un duro golpe para un sector que ya lucha por obtener posicionamiento en el comercio internacional.

En los años anteriores, Venezuela llegó a producir tres millones de barriles por día, pero desde 2013 esta cifra ha ido disminuyendo drásticamente, cayendo a niveles insostenibles y alcanzando menos de 400,000 barriles diarios en 2020.

Venezuela fue un gran fabricante y exportador de petróleo, proveniente de la abundancia de este recurso en su cuenca de Maracaibo. Aunque aún dispone de enormes reservas, su producción ha caído, y el país ha perdido su papel como protagonista en el mercado global de hidrocarburos. Imagen: Mdnava / Fe y Alegría

La situación actual es un contraste notable con la historia de Venezuela como un importante productor y exportador de petróleo, siendo cofundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1960. Hoy en día, a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo con más de 300 mil millones de barriles, la producción ha caído vertiginosamente.

Expertos atribuyen esta debacle a una combinación de mala gestión, corrupción sistemática y crisis económica, lo que ha llevado a una paralización de la industria petrolera estatal, PDVSA. La corrupción ha sido tal que varios exministros de energía han sido encarcelados y otros han huido al extranjero, sumando miles de millones de dólares que «evaporaron» sin ingresos para el tesoro estatal, según datos de la organización de manejo venezolano Transparencia Internacional.

Estados Unidos ha continuado imponiendo una serie de sanciones a figuras políticas y militares en Venezuela, impactando severamente la operativa de PDVSA, el banco central, y otras entidades estatales cruciales. El Producto Interno Bruto del país ha caído a niveles alarmantes, además de haber atravesado una hiperinflación que ha alcanzado hasta seis dígitos, dejando a más del 90% de la población en condición de pobreza, y provocando la migración de más de ocho millones de venezolanos.

No obstante, a partir de 2022, la llegada de Chevron y otras empresas extranjeras al país, aportando cierto alivio, ha visto un repunte en la producción hasta los 760,000 barriles por día en 2023, alcanzando picos de 857,000 barriles diarios en marzo de este año, según estadísticas de fuentes secundarias utilizadas por la OPEP.

De esos barriles, Chevron ha sido responsable de un 25%, mientras que el resto ha sido manejado por PDVSA, que ha recibido aceite diluido de aproximadamente 50,000 barriles diariamente, lo cual es necesario para mejorar y diversificar el petróleo crudo denso de este país sudamericano.

Sin embargo, Monaldi advierte que aunque hay producción, inevitablemente esta también caerá debido a la situación estructural y las constantes amenazas externas que enfrenta el sector.

Los buques cargueros de petróleo atracan en la terminal Waidiao, en la provincia de Zhejiang, en el este de China, que se ha convertido en el principal destino de petróleo venezolano tras la degradación de sus relaciones con Estados Unidos. La historia podría cambiar aún más con la nueva serie de sanciones impuestas por el presidente Donald Trump. Imagen: Gobierno municipal de Zhejiang.

Influencia

Monaldi detalla que, en un contexto donde Venezuela está exportando casi 700,000 barriles diarios, aproximadamente la mitad de estos se dirigen a «destinos con licencia» que gozan de un visto bueno por parte de Estados Unidos, donde predominan mercados de los Estados Unidos, Europa, e India. La otra mitad logra llegar a China, pero sin obtener ingresos monetarios, ya que muchos transporte se utilizan para saldar importantes deudas acumuladas durante las primeras décadas de este siglo. Esta práctica también incluye algunas cantidades destinadas a Cuba.

Según Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, se estima que Venezuela dejará de percibir más de $3,000 millones este año debido a la suspensión de beneficios por parte de Chevron, lo que proyecta unos ingresos externos de menos de $13 mil millones para la población de 29 millones de habitantes del país.

Evidentemente, los ingresos para el gobierno seguirán disminuyendo al no contar con las capacidades necesarias (suministros y repuestos) para mejorar su producción. Todo esto sugiere un regreso a un mercado negro, donde prácticas como la transmisión de crudo en aguas internacionales -tal como se hace en el Estrecho de Malaca- se volverán más comunes para desviar de envíos previamente destinados y evitar sanciones.

Como resultado, el petróleo desviará a lugares como Malasia, donde se revertirán costos de transporte y seguros, además de que la venta estará sujeta a descuentos que pueden llegar al 30% respecto a los precios de los mercados regulares.

Recientemente, las situaciones comerciales y financieros han llevado a una fluctuación de precios del crudo y los índices, que promedian alrededor de $63 por barril en el Texas Intermediate (WTI) y $67 en el Brent del Mar del Norte.

Las transferencias de petróleo crudo se realizan entre buques a través de rutas marítimas, utilizando tácticas de evasión de sanciones impuestas por Estados Unidos. Este enfoque, aunque arriesgado, se está convirtiendo en el método de elección en medio de las sanciones que enfrenta PDVSA. Imagen: Greenmar.

Mercado negro

Durante este mes de abril, se registraron dos embarcaciones, el Voyager Carina de Bahamas y el Dubai, que partieron con 500,000 y 350,000 barriles, respectivamente, cargando hacia refinerías en la Bahía Americana de México. No obstante, debido a problemas para navegar en medio de las restricciones impuestas, tuvieron que revertir y regresar a las terminales en Venezuela, pues se hizo evidente que las operaciones ya no podían ser realizadas en este contexto.

Monaldi señala que la legalidad de estas operaciones marítimas se ha vuelto cada vez más compleja desde que comenzaron las interacciones iniciales entre PDVSA y empresas rusas, así como con Irán, quienes han apoyado estos esfuerzos de envío desde 2019.

Ello ha generado costos adicionales por transporte, debido a la mayor distancia y riesgos asociados, lo que a su vez ha llevado la cotización del petróleo venezolano a tener un precio más bajo comparado con el Brent y WTI, cerca de $10 menos por barril.

Monaldi también advierte que aunque el gobierno chino ha mantenido una demanda de crudo venezolano, podría complicarse aún más el acceso a mercados si las tarifas de envío desde y hacia Malasia o áreas similares no se cumplen. Esto representa un nuevo reto para el crudo venezolano en el contexto de sus duras negociaciones y oportunidades en el panorama del petróleo mundial.

El Voyager Carina, uno de los buques de bandera de Bahamas, se dispuso a recoger petróleo venezolano en las refinerías en la Bahía de México, pero las sanciones impuestas limitaron la capacidad de PDVSA para realizar esta operación. Imagen: Sun Enterprises.

«La situación se ha vuelto increíblemente complicada y está llevando a la economía venezolana, que había mostrado signos de ligera recuperación en los últimos años (2.6% en 2023 y 5.0% en 2024, según el Observatorio de Finanzas Venezolanas), a un nuevo ciclo de recesión programada, posiblemente en 2025,» señala un experto del sector.

Este ciclo de recesión también podría venir acompañado de una drástica devaluación del bolívar, que ya ha comenzado en este año, y que podría alcanzar hasta un 189% respecto al dólar, según ahondaron los investigadores de ecoanalítica.

El nuevo paisaje del comercio internacional del petróleo también ha cambiado, dado que los importadores estadounidenses ya no están disponibles, pues se beneficiaban del crudo venezolano a bajo costo, lo que había inducido a aumentar las exportaciones estadounidenses a terceros países a precios mayormente altos, como parte de un juego estratégico mayor en el escenario internacional.

La complicada situación está resultando en un impacto negativo en las comunidades locales, como la de soledad, donde muchos habitantes dependían de las operaciones de PDVSA, las cuales les proporcionaban acceso a servicios básicos de salud y bienestar a través de programas de responsabilidad social de la empresa.

Por último, es esencial considerar que algunos de los vecinos sudamericanos, que solían importar petróleo venezolano, han optado por alinearse con la política estadounidense, como el caso de Brasil, que ha incrementado su producción a 650,000 barriles por día.

Este artículo fue publicado en colaboración con la Agencia de Noticias IPS.

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