En un conmovedor mensaje emitido el 21 de abril, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, expresó sus más profundas condolencias tras el fallecimiento del Papa Francisco, a quien describió como una figura extraordinaria en el ámbito religioso y humanitario. Esta noticia, que ha conmocionado a millones de personas en todo el mundo, resaltó la importancia del pontífice no solo para la comunidad católica, sino también para la diplomacia y el entendimiento interreligioso en el contexto global actual.
En el telegrama, Putin manifestó: «Reciba mis sinceras condolencias a la muerte de su santidad Papa Francisco (…) Deseo transmitir, en nombre de todos los empleados católicos de mi parte, mi plena solidaridad y apoyo». Estos comentarios, que fueron publicados en el sitio web oficial del Kremlin, subrayan la relevancia del diálogo interreligioso promovido por el Papa y su papel como un líder moral en tiempos de creciente polarización.
Putin subrayó que tuvo la oportunidad de interactuar con el Papa Francisco en varias ocasiones, algo que dejó una profunda impresión en él. «Siempre conservaré el más brillante recuerdo de este hombre extraordinario», comentó, reflejando así el respeto que se había cultivado entre ambos a lo largo de los años.
Durante su papado, Francisco logró ganarse un gran prestigio internacional como un ferviente defensor de la doctrina cristiana, estableciendo relaciones no solo con líderes de otras religiones, sino también con figuras políticas de diversas ideologías. Putin destacó que «su figura fue muy apreciada por sabios líderes religiosos y políticos, así como por quienes perseveran en los altos valores del humanismo y la justicia». Este reconocimiento de la labor del Papa es un testimonio de su impacto en el mundo contemporáneo.
Putin también hizo mención del compromiso del Papa Francisco con el diálogo entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica Romana, así como su esfuerzo por fomentar una cooperación constructiva entre Rusia y el Vaticano. Estas interacciones han sido fundamentales para crear puentes entre diferentes tradiciones religiosas y promover una cultura de paz y entendimiento.
El Papa Francisco, cuyo nombre secular era Jorge Mario Bergoglio, falleció en la mañana del lunes a la edad de 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta en el Vaticano. Su fallecimiento fue el resultado de complicaciones de salud que comenzaron con un diagnóstico de bronquitis, y que progresivamente llevaron a una neumonía bilateral. Después de pasar 38 días hospitalizado, fue dado de alta el 23 de marzo, regresando a su residencia para retomar el proceso de recuperación.
Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos por recuperarse, Francisco se mantuvo en un perfil bajo desde su regreso y apareció ante el público de forma cada vez más limitada. En su última aparición, en la víspera de su muerte, hizo una transmisión donde deseó una feliz Pascua a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, un último gesto que resalta la cercanía que siempre tuvo con la comunidad de creyentes (Sputnik).