En una reciente sesión legislativa en Costa Rica, se llevó a cabo una votación que resultó en la aprobación de un importante proyecto de ley, el cual obtuvo 42 votos favorables de suplentes. Este proyecto, conocido como el documento de debate número 24,162, establece sanciones severas para quienes introduzcan ilegalmente teléfonos móviles, dispositivos satelitales y otros medios electrónicos en los centros penitenciarios del país. La iniciativa tiene como objetivo combatir el creciente problema de la delincuencia facilitada por la comunicación desde el interior de las prisiones.
La propuesta fue presentada por el Poder Ejecutivo y había sido anunciada desde octubre del año anterior. A lo largo de su discusión, el proyecto enfrentó cinco intentos de modificación que fueron rechazados antes de pasar a la votación final. La inclusión de tales sanciones refleja un creciente reconocimiento de la peligrosidad que representa la introducción de tecnología móvil dentro de los recintos penitenciarios, donde esta puede utilizarse para coordinar actividades delictivas y poner en peligro la seguridad pública.
El texto de la nueva legislación establece penas de prisión que van de dos a cuatro años para aquellas personas que sean sorprendidas ingresando ilegalmente teléfonos móviles y otros equipos de comunicación a las prisiones. Esta penalización incluye aspectos como la posesión, presentaciones, facilidades o cualquier forma de provisión que facilite la entrada de estos dispositivos en instituciones carcelarias. La normativa se implementa con la esperanza de desincentivar estos actos ilegales, que han generado un aumento en el fraude y la criminalidad en el interior del país.
«Se impondrá la multa de dos o cuatro años de prisión, lo que, sin ser legal o regulatoria por esto, posee, presenta, facilita o compra de cualquier manera la entrada a una institución criminal de acciones cerradas, teléfonos móviles, satélites u otros equipos de comunicación, sus componentes técnicos, y las tarjetas SIM».
La situación actual en Costa Rica ha llevado a muchos ciudadanos a convertirse en víctimas de estafas realizadas mediante llamadas provenientes de centros penitenciarios. En muchos de estos casos, los reclusos logran recibir teléfonos móviles de forma clandestina, lo que les permite comunicarse con la sociedad externa y perpetuar actividades ilegales. Este fenómeno ha suscitado una preocupación generalizada entre la población y ha sido un factor motivador para la reciente legislación.
Con esta nueva ley, los castigos se vuelven más severos, especialmente si las personas que introducen estos dispositivos son funcionarios públicos o tienen algún tipo de autorización especial para ingresar a las prisiones, ya que la pena puede aumentar en un tercio. Esto también se aplica a los abogados que, durante el ejercicio de su profesión, intenten introducir dispositivos sin cumplir con la normativa establecida.
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(Foto /Ministerio de Justicia y Ministerio de Paz)