Washington, 7 de abril (Sputnik). – En un desarrollo significativo durante su mandato, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su disposición para negociar un contrato comercial con China, siempre que se aborde de manera efectiva el recurrente problema del déficit comercial que persiste en las relaciones entre ambos países. Importantes puntos de vista emergen en este debate, reflejando las preocupaciones que ha externado con frecuencia.
Trump ha declarado: «Perdemos cientos de miles de millones de dólares al año debido a China. Y si no resolvemos ese problema, no concluiré un acuerdo». Estas afirmaciones resaltan la postura del presidente respecto a la necesidad de una rectificación en el desequilibrio comercial que, según él, ha perjudicado a la economía estadounidense durante años. La expresión de su disposición a llegar a un acuerdo comercial contrasta con su firme advertencia de que no aceptará un pacto sin antes enfrentar el problema del exceso comercial que caracteriza a las relaciones bilaterales.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el Consejo de Estado Chino ha emitido un comunicado que establece su posición sobre la situación. Según su informe, Beijing ha decidido aplicar aranceles adicionales del 34 % a todos los productos procedentes de los Estados Unidos, una medida que ha sido recibida con preocupación y que se prevé tendrá un impacto considerable en las relaciones económicas entre ambas naciones.
Además, el gobierno chino ha anunciado que esta nueva serie de aranceles entrará en vigor a partir del 10 de abril. Este paso representa un escalón importante en la escalada de tensiones comerciales que ha caracterizado los últimos años entre estas dos potencias económicas.
En un tono posiblemente provocador, el presidente Donald Trump también ha mencionado el miércoles pasado que iniciará la aplicación de aranceles recíprocos sobre las importaciones provenientes de otros países, argumentando que es una «medida de protección» basada en los intereses de Estados Unidos. Con un aumento significativo en los aranceles programados, se estima que al menos un 10% de tarifa será aplicada a todas las importaciones a partir del 5 de abril, mientras que tasas más elevadas entrarían en vigencia para aquellos países con los que Estados Unidos enfrenta un déficit comercial considerable a partir del 9 de abril. Estas medidas son vistas como un intento claro de Trump por garantizar el bienestar económico estadounidense y posicionar al país como un competidor más equilibrado en el escenario global. (Sputnik)