Sucesos

(Video) Familias de los prisioneros se manifiestan: «No somos prostitutas»

Las recientes medidas implementadas por el Ministro de Justicia, Gerald Campos, para regular las visitas al matrimonio dentro de las cárceles han comenzado a generar un clima de descontento y protestas significativas. La situación ha llamado la atención pública, ya que numerosos familiares de los reos se han reunido en las afueras de la reforma penitenciaria con el objetivo de manifestar su desacuerdo con las nuevas disposiciones.

Un grupo de familiares, en su mayoría mujeres que son esposas de los privados de libertad, ha hecho presencia en el lugar portando etiquetados y pancartas que reflejan su frustración. Las consignas son muy claras y contundentes; en sus pancartas se pueden leer frases de rechazo como «No somos prostitutas», en referencia a la reducida frecuencia de visitas íntimas que las autoridades han impuesto a las parejas de los internos. Las quejas se centran en la limitación de solo poder disfrutar de una visita íntima cada dos meses, lo cual consideran una restricción inaceptable de sus derechos.

La situación ha escalado al punto de que se está organizando una manifestación a gran escala programada para el 28 de abril. Además, los prisioneros han anunciado su intención de realizar una huelga de hambre como medida de presión para que se reconsideren estas políticas restrictivas. Esta respuesta de los internos evidencia la gravedad de la situación y el nivel de insatisfacción que las nuevas normativas han generado.

Entre las medidas más controvertidas anunciadas por el Ministro de Justicia y Paz, Gerald Campos, se encuentran las siguientes:

  • La recepción de paquetes está limitada a una vez al mes, en lugar de permitir entregas diarias, y solo se permitirán artículos esenciales.
  • Las visitas familiares que antes se realizaban semanalmente se han reducido a una sola vez al mes.
  • Las visitas íntimas al cónyuge han pasado de ser bisemanales a solo una cada dos meses, lo que ha causado gran revuelo entre las familias afectadas.
  • Las llamadas telefónicas han quedado restringidas a 10 minutos por semana, lo que muchos consideran insuficiente para mantener el contacto con sus seres queridos.

En una reciente entrevista realizada con Radio Extra durante su programa de buenos días, Campos expresó su opinión sobre la situación, afirmando que «El sistema está desactualizado» y que estas nuevas medidas eran necesarias para modernizarlo y adaptarlo a las circunstancias actuales. Sin embargo, muchos argumentan que estas reformas no solo son inadecuadas, sino también inhumanas, ya que privan a los reclusos y a sus familias de la posibilidad de mantener vínculos afectivos significativos durante su tiempo de reclusión.

En colaboración con el periodista Byron Agüero.

Redacción

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